Tenis: Masters 1.000 Miami

Guantes «mágicos», la nueva táctica de Djokovic durante los partidos: «No sé por qué no se los dan al resto»

Durante el partido de cuartos de final contra Korda, el serbio se abrigó con unos guantes refiregantes

Reducen la temperatura corporal en apenas 30 segundos

Novak Djokovic vuelve al Mutua Madrid Open tres años después

Djokovic
Djokovic, con los guantes refrigerantes durante el partido contra Korda. (Captura TV)

Djokovic es inevitable. Es de naturaleza perenne e insaciable. Sólo así se explica que a sus casi 38 años tenga visos de conquistar el Masters 1.000 de Miami, el que sería su título número cien. Sólo el joven Jakub Mensik se interpone entre su centenaria cifra. Resurge el balcánico, que venía de caer en las primeras rondas de Doha e Indian Wells.

Parecía que le había llegado el final, pero sólo parecía. Dimitrov da cuenta de ello. Apenas pudo inquietar a un Djokovic sólido al servicio y aplicado en la lectura del partido. Octava final para el serbio en Miami, las mismas que Andre Agassi, tras imponerse al búlgaro y al calor de Florida. Novak combate las altas temperaturas con las clásicas toallas de hielo y con una novedosa herramienta.

Durante su partido de cuartos de final contra Korda, acudió a su banquillo y se abrigó las manos con manoplas, similares a los guantes de cocina, cuyo efecto refrigerante reduce rápidamente la temperatura corporal. Cualquier táctica es poca cuando se trata de arañar cualquier resquicio posible para mejorar el rendimiento. El fin justifica los medios de un Djokovic que es amigo de incorporar este tipo de instrumentos a su equipo de trabajo.

Ha utilizado un disco energético para paliar sus dolores de cabeza y estómago, parches de calor, gafas de luces para mejorar su velocidad de reacción ante estímulos… Lo último han sido estos guantes que la mítica Martina Navratilova califica de «mágicos». «Rebajan la temperatura en apenas 30 segundos. No sé por qué no hay más tenistas que los usan porque esta tecnología existe desde hace décadas. Es mágico, no sé por qué los torneos no se los dan al resto de tenistas», añadió en Sky Sports.

Djokovic parecía no estar, pero está y se ha convertido en el finalista más longevo de siempre en un Masters 1.000. En la última parada le espera un Mensik de servicio potente y determinación certera. Pese a su juventud, apenas 19 años, no le tembló la muñeca para doblegar al tenista local Fritz y alcanzar su primera final de Masters 1.000.

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